Los sacramentos son “signos externos instituidos por Cristo para dar gracia”. La Iglesia cree que una de las imágenes más fuertes que tenemos para ejemplificar cómo Dios nos ama, cuida y trata con nosotros es el sacramento del matrimonio. Creemos que en este sacramento un hombre y una mujer se convierten en uno en cuerpo, mente y espíritu en una unión que es permanente, exclusiva y abierta a la vida.
Los sacramentos son momentos muy especiales en la vida de cada católico y también en la vida de toda la Iglesia. En la Iglesia Católica no es la bendición del sacerdote o del diácono lo que hace que el sacramento del matrimonio se convierta en realidad, sino que es el consentimiento de la pareja. La celebración de los sacramentos nunca es una “ceremonia privada”, sino momentos en los que toda la Iglesia celebra con la pareja.
En la parroquia de la Santa Cruz se toma muy en serio el sacramento del matrimonio y su preparación. Al pedirle a la Iglesia que sea testigo de su matrimonio, usted está manifestando tácitamente su voluntad de cooperar con su teología y protocolo. El sacerdote o diácono que presencie su unión debe certificar que usted comparte y cree en lo que la Iglesia enseña sobre el matrimonio.
Toda preparación para una boda comienza con el contacto con la oficina parroquial. Aquí en Holy Cross, todas las parejas deben reunirse con el párroco para iniciar el proceso, independientemente de quién celebre la ceremonia. No se incluirá ninguna boda en nuestro calendario parroquial hasta que se haya realizado esta reunión. Las fechas disponibles no se dan por teléfono o correo electrónico hasta que se haya realizado esta primera reunión.
*Si no es miembro de Holy Cross pero desea casarse aquí, no dude en comunicarse con la oficina parroquial.
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